La historia de Denise Vázquez, una mujer trans de 54 años, expone las consecuencias más extremas de la crueldad como gobierno, del abandono estatal a las poblaciones vulneradas y del vaciamiento del sistema de salud público. Una fotografía de época en Río Negro.
Escuchá el testimonio de Yamila, referente de la Asociación de Trans y Trabajadorxs Sexuales (ATTS) en Villa Regina.
Hasta diciembre de 2023, la intendencia de Villa Regina estuvo a cargo de Marcelo Orazi, del partido Juntos Somos Río Negro (JSRN). Con su salida del cargo y la asunción de Luis Horacio Albrieu el 12 de diciembre, también vinculado a JSRN aunque con sello propio, Compromiso con Regina, se produjo un recorte masivo de contratos municipales que vencían el 31 de diciembre. Más de 120 personas fueron desvinculadas, sin telegramas de despido ni explicaciones formales. Entre ellas, tres personas que habían sido incorporadas en el marco de la ordenanza que aprobó esa localidad para establecer un cupo laboral trans en el municipio, entre 2020 y 2023. Solo dos fueron reincorporadas seis meses después. Denise fue una de ellas.
La historia de Denise
Denise había conseguido su primer trabajo formal en la municipalidad a los 51 años, tras una vida atravesada por la exclusión. Su ingreso representó una posibilidad concreta de estabilidad laboral, de pensar en una jubilación digna, de reparar una trayectoria marcada por la marginalidad estructural del colectivo trans.
Pero su contrato fue rescindido sin aviso el 31 de diciembre de 2023. Denise había estado varios meses con licencia médica, con certificados psicológicos que acreditaban un estado de depresión profunda, provocado por la pérdida del trabajo, las deudas acumuladas y el cuidado de sus padres mayores.
A pesar de haber sido reincorporada en junio de 2024, la situación no mejoró. Con un tratamiento psiquiátrico en curso, una salud emocional frágil y un entorno hostil, Denise volvió a ser desvinculada. En la madrugada del 28 de junio, intentó quitarse la vida. Su hermana gemela, también trabajadora municipal y parte del mismo proceso de exclusión, fue quien la encontró y logró reanimarla junto con la asistencia médica.
Las secuelas
Hoy, Denise está internada. Sobrevivió al intento de suicidio, pero presenta secuelas neurológicas visibles: problemas en el habla, espasmos musculares y daños aún en evaluación. Su hermana es la única que la cuida y enfrenta, además, la incertidumbre sobre su propia situación laboral. Ambas arrastran síntomas de depresión profunda.
¿Qué responsabilidad le cabe al Estado municipal?
El caso de Denise no es un hecho aislado, sino una muestra más del abandono estatal y la violencia institucional hacia las personas trans, aún en contextos donde existen normativas que promueven la inclusión laboral. La falta de políticas de acompañamiento, el trato deshumanizante ante licencias médicas por salud mental y la inexistencia de protocolos de reinserción configuran un escenario de revictimización estructural.
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