Desde Bariloche, en el norte de la Patagonia Argentina, viajamos simbólicamente a la Ciudad de Buenos Aires para conversar con Gabriela Acosta, integrante de Lesbianas Autoconvocades, a un año del triple lesbicidio de Barracas. Se trata del asesinato de Pamela Cobas, Mercedes Figueroa y Andrea Amarante, tres mujeres lesbianas que fueron prendidas fuego dentro de una habitación de hotel. Aquel crimen, ocurrido entre el domingo 5 y el lunes 6 de mayo de 2024, dejó una marca imborrable en los activismos lésbicos y feministas de todo el país.
Gabriela recuerda con claridad los primeros momentos tras conocerse la noticia:
“Me acuerdo como si fuera hoy. Era lunes y despertamos con esa noticia. Fue muy duro. Empezamos a buscar a compañeras, a amigas que pudieran saber algo. Me mandaban los primeros datos desde la puerta del hotel. Esa misma noche surgió un link que nos convocaba a una reunión de activistas. Ahí empezó todo.”
Desde ese instante, comenzó a gestarse una red de contención y acción política que perdura hasta hoy. Gabriela cuenta que, aunque el hecho fue sorpresivo y devastador, no fue casual que la reacción colectiva fuera tan inmediata y fuerte:
“Pareciera que se activó una red invisible que ya existía. A mí me llegó el llamado a organizarnos a través de una red que se había armado luego de un Encuentro Nacional de Mujeres y Diversidades. De repente, estábamos ahí, personas de distintos espacios, incluso muchas que no estaban militando en ningún grupo. Se armó algo muy heterogéneo, espontáneo y profundamente comunitario.”
Para Gabriela, esto habla de una característica muy propia del activismo lésbico:
“Nuestra identidad política se basa en construir comunidad. Organizamos nuestras convivencias, nuestras economías, nuestros vínculos afectivos. Esa tendencia a cuidarnos, a estar con la otra, se potenció con este crimen. Cada una vino con su grupo de amigas, de activismo, de trabajo. Así se formó una gran red.”
La entrevista también permitió conocer el estado actual de la causa judicial. Según relata Gabriela, el proceso está prácticamente paralizado:
“La causa está en primera instancia. Sofía, una de las sobrevivientes, y también abogada, fue reconocida como querellante tras una larga pelea legal. Pero la justicia no incluyó el agravante de crimen de odio, y el juez Ravione fue ratificado en su cargo, a pesar de haber minimizado el vínculo de pareja entre Sofía y Andrea. Para colmo, en febrero hubo otro incendio en la misma habitación del hotel donde ocurrió el crimen. Se perdieron pruebas clave que nunca habían sido peritadas.”
Frente a la lentitud judicial y la pérdida de atención mediática, el activismo busca sostener viva la memoria del hecho y exigir justicia.
Este sábado 10 de mayo, la organización Lesbianas Autoconvocades convoca a una jornada conmemorativa. La cita es a las 16 horas en Plaza Colombia, a pocas cuadras del hotel donde ocurrió el crimen. Desde allí marcharán hasta el lugar del hecho, donde se montará un altar y se leerán palabras en homenaje a Pamela, Mercedes y Andrea. Luego regresarán a la plaza, donde se leerá un documento colectivo y habrá intervenciones artísticas.
Gabriela remarca la importancia de no olvidar:
“Nuestra tarea hoy es volver a poner el foco en esta masacre. Porque durante todo el año siguieron los ataques a lesbianas y familias diversas. Y porque vivimos en una Argentina gobernada por un presidente que niega nuestras existencias, nos insulta en foros internacionales y habilita discursos de odio.”
La entrevista concluye con un mensaje claro: el dolor se transforma en fuerza cuando hay comunidad, memoria y organización.
Ecuchá la nota completa
1000 pesos por mes Suscribirme
2000 pesos por mes Suscribirme
2500 pesos por mes Suscribirme
3000 pesos por mes Suscribirme
5000 pesos por mes Suscribirme
El monto que quieras Suscribirme